lunes, 30 de mayo de 2016

Desde las Gargantas de Kakuetta: Sainte Engrâce y Ochagavía (y 2)

Una vez abandonadas las Gargantas de Kakuetta, leemos que en Sainte Engrâce hay una iglesia románica del s. XI, así que iremos a verla porque nos parece interesante.

Una granja por el camino.

Una casa fechada en 1771.

Una familia descansando.

La Iglesia de Santa Engracia, del s. XI. El cementerio alrededor como se acostumbraba.





Las columnas delanteras con curiosos capiteles y diferentes animales a sus pies.





La familia de ovejas que descansaba nos tenía preparada una sorpresa ya que había, no una, sino dos crías con bastante diferencia de tamaño entre ellas.

Ya de vuelta, nos dejamos aconsejar por el GPS y no sabemos muy bien por dónde nos va a llevar. Una central hidroeléctrica por el camino.

Siguen los bonitos paisajes montañosos.

Más pueblos en los que desafortunadamente no podemos parar.

La ruta que nos marca el GPS nos lleva hacia el sur, a cruzar los Pirineos. Casi parece que podemos tocar el cielo.




Seguimos el camino, llegamos al punto más alto, Larrau, a 1.585m, y pasamos a Navarra, ya en España.

Además de nieve en los altos, todavía quedan pequeños montones de nieve sucia junto a la carretera.

Y llegamos a los dominios de la Selva de Irati en los que ya estuvimos en marzo (ver
http://unpocoydemas.blogspot.com.es/2016/03/orbaitzeta-y-la-selva-de-irati-1.html).

Llegamos a Ochagavia (*) justo a tiempo. Ha terminado una prueba ciclista y los coches con las bicis se marchan. Decidimos parar un rato a tomar algo y ver el pueblo.



El puente medieval sobre el río Anduña.


Nos gustaron mucho sus casas coquetas y sus calles empedradas.


Iglesia de San Juan Evangelista.



Dejamos Ochagavia antes de que empiece a llover. Nos encontramos esta fábrica de molinos de viento por el camino. Las hélices desmontadas descansan esperando su destino.

La lluvia nos sorprendió pero el cielo también nos regaló hermosos efectos de luz.

Llegamos al paso de Dos hermanas, queda menos para llegar a casa.

(*) en euskera: Otsagabia

Sobre la iglesia románica de Santa Engracia:
http://www.arquivoltas.com/22-francia/22-SantaEngracia01.htm

Sobre Ochagavía:
http://www.turismo.navarra.es/esp/organice-viaje/recurso.aspx?o=2445&masInf=1
http://www.otsagabia.net/ochagavia_otsagabia/historia-2/

domingo, 29 de mayo de 2016

Gargantas de Kakuetta (1)

Llevábamos toda la semana con los días muy irregulares repartidos entre cielos muy nubosos y con lluvia o cielos muy claros y con sol dependiendo de la hora del día y así estaba previsto para el fin de semana. Aprovechando que la mañana amaneció con sol y estaba previsto que se estropeara a la tarde, salimos ayer para Sainte Engrâce al norte del Pirineo, en los Pirineos Atlánticos franceses para visitar las Gargantas de Kakuetta (Gorges de Kakuetta).

Muchas veces me gustaría poder pararme por el camino para conocer los pequeños pueblecitos que vamos dejando atrás pero, en ese caso, tardaríamos muchísimo en llegar a nuestro destino. Me conformo con fotografiarlos al paso.

Por el camino, las bonitas casas de la zona con sus tejados de pizarra a dos aguas con doble pendiente.

Cruzamos Tardets… una pena no tener tiempo para parar.

Más lugares hermosos durante el camino.



Y llegamos a nuestro destino: las Gargantas de Kakuetta. A pesar de lo que dicen en algunos blogs indicando que el camino es muy cómodo, reconozco que yo no tuve problemas pero no me atrevería a decirle a mi madre, que tiene 80 años, que viniera. Parte del recorrido está cubierto por un voladizo de madera protegido por una baranda. Otra parte es el suelo natural, de piedra irregular, asequible pero no cómodo. El acceso es bastante empinado, primero cuesta abajo y a la vuelta, como es lógico, cuesta arriba pero el paisaje merece la pena: bonitas cascadas y juegos de luces. Os recomiendo que vayáis en las horas centrales del día en que la luz del sol entra en la garganta permitiendo unos precioso contrastes de luces y sombras.






Un arco iris al fondo de la pequeña cascada.









Un helicóptero que, probablemente, buscaba a alguien se acercaba peligrosamente a los árboles. La verdad es que asustaba un poco la posibilidad de que pudiera chocar contra ellos porque nosotros también estábamos demasiado cerca.



Llegamos al final del recorrido, unos 3,5 Km y nos volvemos.

Antes de llegar al coche aprovechamos este lugar tranquilo para comer el almuerzo.

Este pajarito aprovechó bien las miguitas que le dejamos.

Todavía nos queda volver y no lo haremos por el camino corto pero os lo contaré en otro post.