martes, 7 de marzo de 2017

Dormir

Hasta la llegada de la electricidad a las casas, la luz del sol regía nuestro horario de vigilia sueño porque aunque las velas podían ayudarnos a iluminar la noche no se solían utilizar para largos momentos. Únicamente en días especiales, por ejemplo en el solsticio de verano, se encendían hogueras para mantener la fiesta mientas se honraba al sol. Éramos esclavos del sol, cuando él se acostaba, quizá se aguantaba un poco delante de la chimenea, pero lo suyo era irse a acostar.
Llegó la luz eléctrica y nos liberamos de su yugo, ¡ya podíamos acostarnos cuando quisiéramos! Lo malo es que a quien más benefició fue a los empresarios que vieron que podían tener sus preciosas máquinas trabajando todo el día mientras sus operarios invertían con dificultad su ritmo de sueño. Y los que no trabajan a turnos, han sucumbido bajo el influjo de la televisión con sus películas y programas que terminan demasiado tarde. El despertador marca el final de nuestro sueño pero sentimos que no ha sido suficiente, que nuestro cuerpo todavía está cansado.
Yo he intentado durante toda mi vida concederle a mi cuerpo las horas de sueño que se merece pero, últimamente, me he dado cuenta de que mi familia se acuesta más tarde y yo estoy dejándome llevar. No duermo lo necesario y al día siguiente estoy cansada. Intento compensarlo durmiendo el fin de semana pero no termino de recuperarme del todo. Incluso, he llegado a notar que cuando duermo poco, empieza a dolerme la garganta.
Al comienzo de este año, cuando se toman los nuevos propósitos para el año, pensé en intentar retomar mis buenos hábitos y deshacerme de la esclavitud de la televisión pero reconozco que todavía estoy lejos de poder considerar que lo he conseguido. Seguiré intentándolo porque mi salud lo merece y os animo a dormir entre 7-8 horas para que vuestro cuerpo pueda funcionar bien (*). La mayoría de los programas no valen lo suficiente para que desperdiciemos nuestras horas de descanso, de hecho creo que ninguno lo vale.

(*) aunque hay personas que necesitan dormir muchísimo menos y sin embargo su organismo responde perfectamente.

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