domingo, 16 de abril de 2017

Salinas de Añana

Estos días festivos de Semana Santa, si no eres demasiado religioso, se pueden aprovechar para ir de vacaciones o hacer salidas turísticas. Como no hemos preparado nada para varios días, el viernes salimos prontito con intención de ver algunos pueblos de los que habíamos oído hablar bien. Como estaban cerca del mismo recorrido pero se alargaba un poco en el tiempo, no lo habíamos cerrado para ver, sobre la marcha, cómo llevábamos las visitas y qué nos daba tiempo a ver.
Salimos con el día nublado pero en cuanto entramos en Álava, el cielo se volvió azul de repente.

La primera parada en Salinas de Añana, un centro salinero enclavado en el Valle salado de Añana. Desde hace unos años, una iniciativa promovida entre el Gobierno Vasco, la Diputación de Álava y el Ayuntamiento de Salinas de Añana, ha puesto de nuevo en marcha las salinas que habían quedado en desuso por falta de rentabilidad. Damos un paseo por el pueblo mientras buscamos el Centro de Interpretación que está a la entrada de las salinas.







Hemos tenido muchísima suerte porque no teníamos reserva para la visita pero como hemos llegado pronto, algunos de los que estaban apuntados han fallado y podemos realizar la visita guiada.


La llave es de madera para evitar que se enroñe.

El agua salada que viene de los manantiales es repartida por las eras por medio de canales de madera. El paso del tiempo ha dejado la sal posada en sus bordes protegiéndolos de los xilófagos (*).


La guía nos explica el proceso del Diapiro de Añana que provocó el afloramiento de sal en el valle.


Mediante los canales se llenan las eras, en las que el calor y el viento evaporarán el agua dejando la sal al descubierto.

La roca verde es de tipo volcánico.



Flor de sal, los primeros cristales que se producen, más grandes y más cotizados.

Todavía nos quedaba por ver unos pequeños crustáceos que viven en estas aguas tan saladas, que se llaman artemias (**). Intenté fotografiarlas pero son pequeñas y no se aprecian, son rojizas y miden alrededor de 1 cm.
Después tuvimos ocasión de meter manos y pies en unas piscinas para aprovechar las propiedades del agua salada. Una visita muy interesante.
Dejamos este universo blanco como la nieve para seguir adelante, hacia nuestra siguiente parada: Frías.

Más información:
http://www.vallesalado.com/VALLE-SALADO-HOME
http://www.ananaturismo.com/lugares/valle-salado-anana/

(*) animales comedores de madera como la carcoma.
(**) https://es.wikipedia.org/wiki/Artemia_salina

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